En 1949 aparecía el término rhythm and blues en la revista Billboard, una publicación de la industria musical que, entre otras cosas, edita una lista de los éxitos discográficos del momento. Jerry Wexler, un editor que llegaría a formar parte de Atlantic Records, eligió rhythm and blues como denominación para los quince mejores discos concebidos por consumidores afroamericanos.
Aunque los orígenes del término de Wexler continúan siendo oscuros, un año antes, RCA/Victor lo utilizó en su catálogo para designar grabaciones al estilo negro. Los que trabajaban en el negocio discográfico en aquella época y los historiadores de la música actuales coinciden en que rhythm and blues era un nombre que inventó la industria para designar la músico o para referirse primero a las grabaciones y más tarde, por extensión, al tipo de música que se estaba grabando.
Rhythm and blues, un nombre impuesto desde fuera de la comunidad negra, reemplazaba a una etiqueta perversa, race, una designación anterior de la industria que, inicialmente, surgió de dentro de la propia comunidad negra. Race se utilizó desde los comienzos de las grabaciones comerciales negras en 1920 y abarcaba de todo, jazz, blues, gospel, pop, bandas de cuerda y un largo etcétera de estilos, por y para negros. Aunque estaba concebido para facilitar la segregación, el término se escogió con cierto cuidado por su connotación positiva entre los afroamericanos.
En 1949, después de más de veinticinco años de uso, race había empezado a tener un cierto regusto a racismo. La categoría race estaba pasada de moda, era un término obsoleto de la preguerra que ya no encajaba en el mundo más positivo de la posguerra. Ante todo, el cambio de nombre representa una mayor aceptación del valor de la música afroamericana. El rhythm and blues agrupó toda la música negra, salvo la música clásica (una categoría muy pequeña) y la música religiosa, a excepción naturalmente del gospel, que se vendía lo suficientemente bien como para irrumpir en las listas.
El rhythm and blues floreció como un producto comercial y un arte étnico racial durante el boom de la posguerra. Muchos fueron los nombres que a partir de entonces poblaron las listas R&B de Billboard: Ruth Brown y Clyde McPhatter desde Nueva York, Arthur "Big Boy" Crudup, Sonny Boy Williamson y Muddy Waters desde Chicago o T-Bone Walker, Charles Brown y Amos Milburn desde Los Angeles, son sólo algunos de los más destacados.
El rhythm and blues fue una música de cambio y movimiento, demasiado fluida como para comprometerse con un único estilo. Los sellos cambiaban de nombre y compraban y vendían artistas. Los artistas también cambiaban de compañía o, como John Lee Hooker, grababan para muchas al mismo tiempo. En 1955, estaba en plena floración, expandiéndose inexorablemente hacia el mercado popular.
En 1956, Billboard escribió que se trataba de la mejor época para el R&B. No era para menos, las listas de éxitos estaban dominadas por grandes estrellas como Fats Domino, Little Richard y Elvis Presley. Estas figuras, considerados por aquel entonces artistas de rhythm and blues, tuvieron la suficiente fuerza como para anunciar una nueva era que reclamaba un nombre distinto. A partir de ese año, el R&B coexistiría con su hijastro pelirrojo, el rock ´n´ roll.
Rhythm and Blues fue el término que dominó durante veinte años, antes de dar paso a otro abiertamente político, "música soul", un nombre que impuso la comunidad negra a la industria. Sin embargo, algo más de una década después, el término rhythm and blues reapareció y se ha conservado hasta hoy en día.
Es importante señalar finalmente que, en la actualidad, el término se refiere a la música popular afroamericana del momento, la que vende, como el funk, el rap, el go-go, el hip-hop, el blues y todo aquello que se filtre desde las siempre creativas calles.
AMOS MILBURN: "Bad Bad Whiskey"
RAY CHARLES: "Hit The Road Jack"
RUTH BROWN: "Mama He Treats Your Daughter Mean"
Buena explicación para un término usado como etiqueta errónea en muchísimas ocasiones.
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