En el verano de 1959 Chess Records tuvo una brillante idea: Muddy Waters debía rendir tributo al cantante y guitarrista Big Bill Broonzy, que había fallecido apenas un año antes. El resultado se plasmó en este álbum que, en mi opinión, bien podría ser considerado el mejor disco de toda su carrera.
1959 no estaba siendo el mejor año para el bueno de Muddy. Su fábrica de éxitos y su popularidad estaban decreciendo y sus sesiones de grabación eran cada vez más esporádicas. Sin embargo, quizá motivado por sus recientes viajes a Europa y con la idea de grabar todo un disco homenaje a su amigo Broonzy, en junio de ese mismo año realizó unas sesiones de grabación absolutamente inolvidables.
En este disco Muddy Waters canta como nunca y en todo el álbum se respira un feeling extraordinario. Contó además con la participación de su banda al completo, una de las mejores formaciones de toda su carrera: James Cotton (armónica), Otis Spann (piano), Pat Hare (guitarra), Andrew Stephenson (bajo) y Francis Clay o Willie "Big Eyes" Smith (batería).
Tras diez años de reinado incontestable, ésta fue la carta de presentación de Muddy Waters para la nueva década. Brillante y genial.
En este disco Muddy Waters canta como nunca y en todo el álbum se respira un feeling extraordinario. Contó además con la participación de su banda al completo, una de las mejores formaciones de toda su carrera: James Cotton (armónica), Otis Spann (piano), Pat Hare (guitarra), Andrew Stephenson (bajo) y Francis Clay o Willie "Big Eyes" Smith (batería).
Tras diez años de reinado incontestable, ésta fue la carta de presentación de Muddy Waters para la nueva década. Brillante y genial.
01 - Tell Me Baby
02 - Southbound Train
03 - When I Get to Thinking
04 - Just a dream (On My Mind)
05 - Double Trouble
06 - I Feel So Good
07 - I Done Got Wise
08 - Mopper's Blues
09 - Lonesome Road Blues
10 - Hey, Hey
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