18/10/12

La Gran Depresión

Tras una década, la de los llamados felices años veinte, de crecimiento económico generalizado con una euforia colectiva que se basaba en un despreocupado incremento del endeudamiento y la especulación bursátil, con beneficios rápidos y fáciles, Estados Unidos y con ellos todo el continente europeo, van a entrar en uno de los períodos más duros de su historia social. El 24 de octubre de 1929 pasó a la historia como "El jueves negro". Aunque la regresión económica había empezado en los primeros meses del año, con el desplome de la Bolsa de Nueva York se produce el comienzo oficial de la Gran Depresión.


El crack económico fue dramático y provocó una reacción en cadena en todo el sistema financiero. Los bancos, especialmente los más pequeños en los que las clases bajas tenían sus ahorros, empezaron a tener problemas de solvencia y de liquidez. Era la pescadilla que se mordía la cola, los bancos no tenían dinero porque sus clientes no ingresaban y éstos desconfiaban de que les pudiesen reembolsar el dinero. Muchas familias modestas perdieron todos sus ahorros en esta espiral y miles de granjeros perdieron sus casas y propiedades. Gran número de inversionistas vieron cómo su dinero, en muchos casos tomado a crédito, se volatilizaba en cuestión de días.

Entre 1929 y 1932 la producción industrial se reduce en más de un 54%. En 1931 el paro alcanza niveles dramáticos y los pagos de las deudas de guerra se siguen retrasando. El descontento crece también entre los excombatientes de la Primera Guerra Mundial que se han visto cada vez en peor situación económica y se manifiestan en Washington, donde son reprimidos con dureza. En 1932 los parados llegan a ser 12 millones y el hambre se extiende por todo el país. Las colas para recoger comida en los centros de asistencia pública y organizaciones de caridad se llenan de negros. La cifra de desempleados alcanza pronto los 15 millones de personas.

Las consecuencias del crack del 29 sumergieron al país en una década de deterioro del nivel de vida, de enormes cifras de desempleo, de cientos de miles de trabajadores deambulando de un Estado a otro de la Unión, tratando de huir de la miseria en busca de una oportunidad que garantizase su supervivencia. En 1933 se pone en marcha el paquete de medidas económicas y sociales de la administración del presidente Franklin Delano Roosevelt, conocido como el New Deal (el nuevo trato o contrato), que demasiado a menudo ha sido considerado como la salida de la Gran Depresión, aunque en realidad tampoco reactivó la economía, que volvió a entrar en otra profunda crisis en 1937, aunque, eso sí, la propaganda oficial y el agotamiento del país lograron que gozara de una gran popularidad. En realidad, estas medidas tuvieron un signo similar a las del anterior presidente, el republicano Herbert C. Hoover, que no lograron poner fin a la crisis económica. Roosevelt puso en marcha grandes obras públicas, severos controles de precios, alta regulación y políticas de rentas, aunque con una mayor preocupación por los sectores más desfavorecidos que su predecesor.

La depresión económica reduce también las compras de discos y no hay dinero para el ocio, así que la industria discográfica del blues prácticamente desapareció durante una larga temporada. Luego las grabaciones comenzaron a realizarse en Nueva York y Chicago, adonde emigraban la mayoría de los que huían del campo y los músicos del Sur.

La sequía que también asoló el exuberante Delta del Mississippi echó al camino a miles de jóvenes que vivían en granjas y plantaciones. Algunos de ellos habían aprendido a tocar un instrumento y comenzaron a ganarse la vida deambulando de pueblo en pueblo, malviviendo con su música. Los grandes mitos Elmore James, Robert Johnson, Rice Miller, Big Joe Williams, Junior Lockwood o Howlin' Wolf, entre otros, comenzaron a conocerse, a encontrarse y cruzar sus vidas e instrumentos una y otra vez en su eterno peregrinaje por pueblos, ciudades y garitos del Sur. Todos fueron desgranando su arte por Helena, Jackson y Memphis, camino de Nueva York, Saint Louis y Chicago, sus metas finales. Entre 1919 y 1930, la población negra de Chicago se multiplicó por cinco. El South Side, el barrio negro del sur de la ciudad, albergaba en los años 30 a más de un cuarto de millón de personas hacinadas y acosadas por la miseria.

Inevitablemente el desastre económico y social de la depresión llenó las calles y los caminos de individuos desesperados, dispuestos a todo para sobrevivir, y las letras de blues se volvieron más intensas y más sombrías. Las canciones populares, y los blues en particular, se llenaron de referencias a enfermedades, vagabundos, robos, tiroteos, penitenciarías y juzgados, En las zonas rurales vuelven a parecer los "outlaws", los fuera de la ley como John Dillinger, Ma Baker o Bonnie & Clyde.

La época de las emigraciones masivas fue también la de la edad de oro del blues. Fueron miles los que se echaron a los caminos en busca de algo mejor que la ruina de sus casas y sus pueblos. En las cabañas de las plantaciones, las iglesias o los juke-joints, se extendió una consigna: el viaje al Norte es la esperanza de los negros. Muchos se convirtieron en "hobos", vagabundos que llegaron a crear todo un subgénero y una particular mitología dentro del blues. Sus temas favoritos son las desventuras de su vida errabunda y los viajes en trenes de mercancías, en eterna lucha con los vigilantes que les buscaban incansablemente para echarlos del tren, en ocasiones incluso en marcha. Sus puntos de reunión eran conocidos como "hobo jungle", lugares de acampada donde cocinaban comunalmente, descansaban unas horas o unos días y se entretenían contando historias y cantando canciones recogidas en sus viajes de un lado a otro del país. Muchos de estos campamentos, perseguidos por los agentes de la ley, sirvieron de punto de encuentro de músicos y estilos de blues.

Los años treinta y la primera parte de los cuarenta fueron el momento de más importancia en el fenómeno migratorio que había de durar casi todo el siglo XX. Se calcula que entre 1915 y 1970, más de cinco millones de afroamericanos del sur se trasladaron a las zonas industriales del norte. La marcha de la plantación y el viaje hacia el norte se convirtieron en el nuevo sueño de libertad y progreso para los nietos de los esclavos. Aquel éxodo continuo marcó toda una historia que nos ha dejado interminables canciones de blues que hablan de trenes, de caminos y de las vidas y esperanzas de las gentes que se encuentran en ellos.

Fuente: "Camino a la libertad - Historia social del Blues" por Manuel López Poy

Uno de los principales representantes de la influencia de los "hobo" en el blues era Sleepy John Estes, considerado uno de los mejores y más personales poetas de la historia del blues y un especialista en narrar la penosa situación en la que vivían las personas de su entorno. Retrató muy bien, por ejemplo, la pobreza generalizada de los tiempos de la depresión en su tema de 1935  titulado "Down South Blues":



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